21.6.11

Ni en su casa la conocen... (o, La Sconosciuta de Tornatore)

El 15 de junio se proyectó la película La Sconosciuta —La Desconocida— del director italiano Giuseppe Tornatore. Fue sumamente gustoso tener nuevos cinéadictos por acá que disfrutaron con nosotros de esta gran muestra cinematográfica. El argumento es el siguiente: Irena es una muchachota ucraniana que se muda a Italia huyendo de una vida de humillaciones, violencia y prostitución; consigue trabajo como empleada doméstica con una familia pensando que la pequeña hija del matrimonio es una de los tantos niños que su proxeneta le obligó a tener para después venderlos como mercancía. Nuestra heroína intentará acercarse y ganar el cariño de su supuesta hija aunque eso implique dejar paralítica a una anciana y de más. Después de muchas tragedias, que incluyen asesinatos, caos y destrucción, Irena termina en la cárcel acusada de asesinato y descubre que la niña en cuestión ni su pariente era.
Al termino de la proyección nos pusimos a hablar y hablar sobre el trabajo de Tornatore estrenado en 2006. Entrando en materia de lo que se comentó, comencemos por lo que gustó y advertimos que luego nos pondremos de amargados y memoriosos.

LO QUE GUSTÓ:
  •          La música a cargo de Ennio Morricone que además de tener una carota de loco, había ya trabajado con Tornatore en Cinema Paradiso. Resultó sumamente interesante como logró integrar música electrónica en algunas de las escenas volviéndolas mucho más perturbadoras.
  •      MUJERES DESNUDAS Y/O AMARADAS… MÁSCARAS INEXPRESIVAS… MIRADAS QUE FURTIVAS SE ASOMAN POR LA RENDIJA DE LA LLAVE…. AZOTES… HOMBRE CLAVO… SUDOR….  MÁS AZOTES… TIJERAS (léase en tono flash back).
  •         Ciertas imágenes grotescas —como las del flash anterior— obligan a intimar visualmente con la realidad que, en lo cotidiano, sólo nos vemos forzados a medio intuir de las noticias que escuchamos en la crónica negra —por ejemplo, las notas amarillistas. Pese que no es secreto que Tornatore obtiene de estas publicaciones la inspiración para sus films, y aunque él asegura que La Sconosciuta se trata de un trabajo de misterio más que de una denuncia política o de cualquier otro tipo, al ver estas imágenes es difícil desligarnos de lo feo, impactante y común que es la violencia para muchas mujeres —sobretodo, aunque no exclusivamente, para las prostitutas del Este.
  •      MUJER UCRANIANA LAVA LAS INTERMINABLES ESCALERAS EN UN EDIFICIO DE LUJO EN UNA CIUDAD INEXISTENTE… OTRA MUJER PERO LA MISMA, ESCARBA DESESPERADAMENTE CON SUS MANOS DESNUDAS UN GRAN MONTE DE PORQUERIA, BUSCA AL AMOR DE SU VIDA, Y LO ENCUENTRA… AFABLE ANCIANA CAE COMO COSTAL DE PAPAS ANTE LA MIRADA VERDE DE LA PROTAGONISTA …
  •       Ante el peligro de que su protagonista fuera una calca demasiado evidente de las heroínas rusas del ottocento —sobre todo con una actriz nacida en Leningrado— la actuación de Rappaport  resulta bastante convincente… sobre todo en lo que respecta a su interacción con la joven actriz que le acompaña; ¡vaya, sus sentimientos parecen reales! y eso que según Tornatore trabajar con la niña había sido lo más complicado de la cinta, pese a que terminó adorándola.

      LO QUE NO GUSTÓ:



A pesar de los meritos arriba mencionados, algo en La Sconosciuta desentona con lo que se venía proyectando en cineclub Tzikbal. Para redimirnos con Kim Ki-Duk, dejaremos que él lo diga —que lo haga Kim Ki:

“And I try to make my films honestly without fancy camera-work—not using 
a whole lot of professional actors. And not resorting to the kind of deliberate, 
manipulation of people's emotion and that sort of thing" Kim Ki-Duk.
(Trato de hacer mis películas de fantasía con honestidad, sin cámara de trabajo— sin un montón de actores profesionales. Y trato de no recurrir a la clase de manipulación deliberada de la emoción de la gente y ese tipo de cosas)

El cine Tornatore, lleno de trabajo de edición, y en especial en La Sconosciuta con flash back´s que nos hacen pensar que sería de la película sin ellos, discrepa mucho del cine que habíamos proyectado en cineclub Tzikbal. Los trabajos de Lars von Trier, pasando por Dogma 95 y el dañado mental Harmony Korine, Jim Jarmusch invitando a sus cuates a actuar en sus películas, Werner Herzog buscando la mejor ficción en las historias documentales, y Kim Ki-Duk privilegiando los silencios sobre los diálogos y la música, nos remitían al ideal de un «cine honesto»: cámara en mano, actores no-profesionales, música incidental, poca o nula edición, entre otras características coincidentes. No podemos, ni queremos, ocultar la preferencia de este cineclub por las películas de ese tipo; pero no podemos ignorar las siguientes preguntas:

¿Qué sucede, entonces, con películas como La Sconosciuta de Tornatore? ¿Es acaso un «cine menos honesto»? Y antes deberíamos cuestionar ¿existe algo que podamos llamar «cine honesto»? ¿por qué sería ése que no usa efectos como lo propone el manifiesto Dogma? El caso von Trier nos da un buen ejemplo de todo menos honestidad, sino una farsantería bastante agradable que implica decir que se es honesto. ¿No es más honesto y real hacer uso de todos los recursos que el cine —como arte y técnica— permite para contar una historia?...

Pero, independientemente del trabajo de edición, evidente en La Sconosciuta, hay otros detalles que nos hacen dudar de la historia. Mencionemos dos:
1) El proxeneta es taaaan malo-malo-malo que ni con una acuchillada al estilo Psycho de Hitchcock logra morir. Estamos esperando la 2da. parte, en la que regresará más poderoso que nunca, ñaca-ñaca.

2) El final: Han pasado los años, Irena sale de la cárcel y, ¿quién está ahí para recogerla?... ¡La chamaquita! Ya crecidita y bastante guapa la recibe con una gran sonrisa. ¡Aaaaah, que bonito! Después de una evidente denuncia política y social, Tornatore hace un corte para dejarnos con una perspectiva positiva y algo rosa para algunos. Tal vez, esos últimos minutos pudieron evitarse.

Es momento de cortar con esta entrada, esperando haber recuperado algunas de las ideas que se volcaron en nuestra reunión semanal de cineadictos. El próximo miércoles 22 de junio a las 6pm., los invitamos a ver una joyita de Ingmar Bergman: Fresas Salvajes (1957); los esperamos en Cooperativa Tzikbal. :D

2 comentarios:

  1. Después de salir de tzikbal, caminando a copilco, recordé una frasecilla: "El lenguaje se halla más cerca del cine que la pintura". ¿Qué tiene el cine que otras formas artísticas no tienen? ...
    Giuseppe Tornatore y su manera de contar una historia con imágenes me hizo pensar en este texto:

    http://www.hamalweb.com.ar/2010/cineylit.pdf

    Espero les guste, ¡saludos a toda la pandilla tzikbal!

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  2. Muchas gracias por el comentario, los saludos y compartir el texto. Se antoja sumamente interesante; seguro lo andaremos comentando por acá y por allá. :D

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